miércoles, 15 de agosto de 2012

"Ecos de Alberione" _ 21


La fuerza reveladora de la Palabra de Dios 

La Palabra de Dios para nuestro Beato, sin lugar a dudas, se convirtió en la principal fuente que alimentó su vida de oración. Sin embargo, hubo otras que también ayudaron a fortalecer este itinerario de crecimiento humano y espiritual.

Dice el texto de Sono creato per amare Dio, (155): “La verdadera fuerza que guiaba los afectos de su corazón, la que le movía hacia el reino invisible del pensamiento, hacia la unión intelectual y moral, individual y social, que fluye en todos los siglos, que se extiende por todas las naciones, es el poder de la palabra. Habla el hombre y habla Dios”. La escucha de la palabra en P. Albrione le infundió una profunda convicción de que el evangelio presenta a Jesús acompañado de apóstoles y discípulos, de hombres y mujeres. Afirmaba que uno de los grandes espectáculos de la fe y de su manifestación en la vida de la Iglesia, era presenciar el cometido e intervención de la mujer como propagadora de la fe, veía en ella a la mujer apóstol de fe y moral (cf. Alberione, Quaderno, n.39, p. 15). Nuestro Beato siempre estuvo consciente de la gran colaboración que aportaron las mujeres sencillas, dueñas de casa y también señoras generosas, que no solo cooperaron con su trabajo sino también con algo más, sobre todo en lo material.

P. Alberione se valió de varios autores de su época para tener esta mentalidad tan amplia y aceptar esta influencia de las mujeres en la Iglesia. Autores como R. F. Rohrbacher, con su Historia Universal de la Iglesia, y Gioachino Ventura con su obra Las mujeres del Evangelio, le permitieron una visión en común de la Iglesia y su historia como también de los misterios de Cristo. Alberione leyó a estos auotores y los recomendó siempre. Ventura le fascinó, sobre todo por su conocimiento en la Palabra de Dios, sus meditaciones sobre los misterios de Cristo, la oración, la ecucaristía, la devoción mariana, etcétera. (cf. DF 114). Su reconocimiento a este autor llegaba al punto de citar su homilía, Jesucristo en casa de Marta y de María, en la cual señalaba que le servía para comprender el binomio vida contemplativa y vida activa en el DF, pues en este aspecto trata el tema de la oración y presenta “la doctrina grande y sublime de lo único necesario”. 

En esta misma perspectiva, le parece que la presentación alegórica dada por Ventura acerca de la interpretación histórica-literal y ascética-alegórica que hacen los padres de la Iglesia, se vinculaba de cierta manera, con su propia visión hitórico-ascético, pues esta visión le fue útil para valorar algunos puntos de su interpretación. Al tratar la simbología de la vida activa y de la vida contemplativa manifestó: “En esta enseñanza, el divino Maestro había dicho que la condición única e indispensable, así como la condición para asegurarse la felicidad eterna, es amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Marta es el modelo del amor que nosotros debemos tener a nuestro prójimo, Magadalena el del amor que debemos tener a Dios” (DF 117).

También son interesantes algunas consideraciones sobre la vida contemplativa: “Las almas más sensibles, las que más se apiadan de las miserias humanas y las que más se inflaman de un deseo más vivo de remediarlas, ...no se encuentran en tan grande número como entre los retirados y los contemplativos” (DF 118).

El aprecio que Alberione tuvo hacia la vida contemplativa, necesariamente, hay que vincularlo con su vida de oración. Nuestro Beato fue un convencido de que sin oración era imposible ser fecundos como apóstoles: “Pero la oración que multiplica el número de los obreros evangélicos y atrae sobre sus trabajos las bendiciones celestiales que los hacen fructificar, es especialemente la oración de las almas que se dan a la contemplación, donde todo ora, incluido el estudio y el trabajo, y cuya entera vida es únicamente una oración y un sacrificio nunca interrumpidos...y atraen para todos las ayudas y todas las gracias que limitan las miserias y los escándalos de la tierra. De modo que estas almas generosas hablan poco de Dios a los hombres pero hablan mucho de los hombres a Dios” (DF 119).

Fredy Peña T., ssp


1 comentario:

  1. Cuando leo tus Art., Fredy sobre la vida del Beato Alberione, voy entendiendo el por que de mi
    identificacion dia a dia con la Familia Paulina.!
    No hay duda que la Palabra de Dios, no solo tiene
    una fuerza reveladora, sino que tambien, nos habla de diferentes maneras cada vez que la lee-
    mos...!
    Preciosa y significativa la ilustracion.!!!
    ETEL

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