sábado, 3 de septiembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 2

Hacia una riqueza fundacional…



Una riqueza que… P. Alberione plasmó en una historia donde fue posible transmitir una experiencia de Dios, asumida y testimoniada desde lo más profundo de su ser. No se trataba de una simple doctrina, clase o discurso para comunicar, sino de una serie de “vivencias sagradas”, que evidenciaron una fuerte presencia del Espíritu y que en el ámbito de la Teología se denomina: “carisma del Fundador”. En Abundantes Divitiae, nuestro fundador se dejó inspirar por el ejemplo de Pablo en sus cartas, tal vez, no en su estilo, pero sí, en el espíritu (cf. 2 Corintios 13, 3-4).

“El modelo preferido por P. Alberione es quizás el de san Pablo… Encontramos la misma humildad del convertido, el mismo reconocimiento a Cristo por haberlo substraído de las tinieblas y haber hecho de él un instrumento de su luz” (Abundantes Divitiae, p. 16).

Una riqueza que… en su deseo de comunicar a otros esta experiencia sólo se explica en su afán de dar lo mejor de sí mismo, es decir, lo que Dios ha realizado en él y por medio suyo en favor de sus más cercanos: la Familia paulina. No es un dato menor el uso recurrente, en Abundantes Divitiae, de los términos: “gracia”, “sobrenatural”, “santidad” y “misión”; pues denotan una constante intención de ir desde lo más bajo hasta lo más alto, de lo terreno hasta lo celestial, de lo humano a lo divino, de no malograr la vida en cosas superfluas que en vez de hacernos más humanos, nos deshumanizan e impiden una santidad de vida.

“La primera preocupación de la Familia Paulina será la santidad de la vida, la segunda la santidad de la doctrina” (Abundantes Divitiae, n. 90).

Una riqueza que… desde esta santidad de vida, P. Alberione descubrió un tesoro antropológico, que sintetizó en la tríada “mente, voluntad y corazón”. Es decir, todo el hombre es para Dios y para el mundo. Pero este “tesoro” no quedó ensimismado para sí, sino que se “donó” en el propio anuncio del evangelio.

“Todo el hombre en Cristo, para un total amor a Dios: inteligencia, voluntad, corazón y fuerzas físicas” (Abundantes Divitiae, n. 100).

Una riqueza que… es principalmente teológica y ascética, es decir, busca apropiarse de todo el Cristo, de manera integral, en la “devoción” y en el método “camino, verdad y vida”. Un “camino” recorrido por los senderos de la fe; una “verdad” anunciada y una “vida” hecha testimonio por P. Alberione a modo y ejemplo del mismo Jesús.

“La Familia paulina aspira a vivir integralmente el evangelio de Jesucristo, camino, verdad y vida, en el espíritu de san Pablo” (Abundantes Divitiae, n. 93).

Fredy Peña T., s.s.p.

1 comentario:

  1. Que mas agregar a lo dicho por Fredy aqui, mas
    claro imposible. Es vivir en el Espiritu de San Pablo, siendo Testimonios vivientes del Evange-
    lio de Jesucristo, poniendo todo nuestro ser, po-
    tencias y sentidos a su servicio.

    ETELVINA

    ResponderEliminar